Nací y crecí con la firme convicción de que no podía vivir sin poner al servicio del universo mi capacidad creativa, más allá de mi ego, más allá de mi posición, más allá de los obstáculos encontrados en el camino, más allá de las adversidades, ...
Encontré una pequeña luz oculta en un rincón de mi, un día me decidí a mirarla de frente, decidí ver más allá de ese destello y me encotré a mi misma.
Me descubrí, empezé a investigarme, a indagarme, a reconocerme, a tomar conciencia de esa parte que veía en otras personas y que jamás pensé que también yo poseía.
Y renací, supe quien era, advetí cual era mi misión y mi contribución para con el resto, ahora sé quien soy, que quiero y como lo quiero.
Quizá lo que más me asombró fué encontrar la humildad que antes me faltaba, pues antes pensaba que los obtáculos estaban impuestos por lo ajeno a mi, mi empeño en culpar al mundo cuando me sentia abrumada, compadeciéndome.
Cuando fuí capaz de admitir que todo ese pesar, todos los impedimentos y todas las trabas eran fruto de mi autodestrucció y no de mi convicción, fué un gran alivio....
Cuando fuí capaz de creer en mi, de confiar en mis posbilidades y dejar aflorar todos mis miedos para poder convertirlos en proyectos, en ideas,.... me sentí liberada.
Cuando tomé conciencia de todo aquello que llevaba guardado durante tanto tiempo, decidí seguir mi firme intuición de guiarlo hacia el camino de la luz, y así es como empecé a crear, sabiendo lo que creaba, como y por que.
No me arrepiento del duro camino, ahora VIVO PERMITIENDOME EL LUJO DE CREAR.
Llego a tu post dos años después de que tú lo escribas, pero justo en el momento en el que necesitaba leerlo. Gracias por este pedacito de tu alma , en lo personal me resulta muy inspirador. Eva
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